Era Pablo quien sentado en una banca recordaba cada uno de
los más bellos momentos que vivió junto a Angie, desde que se conocieron hasta
el día en que la vio partir rumbo a Francia. Ya estaba de vacaciones, pero no
tenía ningún plan en mente, el solo pensar que ya no la tenía a su lado hacía
que sus ojos se llenaran de lágrimas y que apareciera ese estúpido nudo en la
garganta que le indicaba que el corazón se le estaba haciendo trizas... Así estaba cuando de pronto escuchó que desde atrás lo llamaban por su nombre.
Pablo: (un poco
asustado y tratando de secarse las lágrimas) ¡Beto! Qué hacés? Casi me rompés el oído con ese grito.
Beto: Jajaja
perdonáme, ¿a vos te pasa algo? tenés los ojos rojos. ¡Te entró una basurita ya
se! ¿Te ayudo a sacártela?
Pablo: no, no te
preocupés no me entró nada... y si, me pasa algo.. Angie me pasa. Te juro que
mi vida no tiene motivación si ella no está, si no la puedo ver, si no la puedo
abrazar, si no la puedo sentir...
Beto: y si no la
podés besar
Pablo: Beto que
decís... (triste cabizbajo)
Beto: ¿Ahora me vas
a decir después de este discurso tan hermoso que no la amás?
Pablo: Y si... sería
un tonto mentiroso si te dijera que no la amo, que no es el amor de mi vida y
que no daría todo por estar con ella y por hacerla la mujer más feliz del
mundo...
Beto: ¿Y?
Pablo: ¿y qué?
Beto: ¿como qué
" y qué" ?... Andá Pablo! Andá por ella a Francia! Si de verdad la
amás como decís demostrale ahora lo que sos capaz de hacer por su amor.
Pablo: De verdad
vos decís... (con una leve sonrisa en los labios)
Beto: ¡Pero claro!
Es ahora o nunca, tan taradito que te ponés a veces... te juntás mucho
conmigo puede ser...
Pablo: (riendo) puede ser... De verdad es raro escucharte hablar así, sin la boca llena digo.
Beto:Jajaja ahora
me estás cargando
Pablo: No,
perdonáme... Es que de verdad un consejo tuyo era lo mejor que podía escuchar
ahora.
Beto: ¿a parte del
grito que te dí en el oído cuando recién llegué?
Pablo:Jajaja a
parte... Te quiero mucho amigo sabés...
Beto: Si lo sé...
y yo mucho más a vos (se emociona y empieza a llorar).
Ambos se ponen de pie y se
abrazan, ahora Pablo con una sonrisa en los labios por dos motivos, uno porque
le encanta estar así con su mejor amigo y el otro porque la idea de volver a
ver a Angie le otorgaba una esperanza y una felicidad inmensa.
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