Capítulo 10

*Buenos Aires, Argentina*

 

Violetta: Hola pa' buen día (lo besa en la mejilla). 

Germán: ¡Buen día Vilu! Vení, sentáte a desayunar. 

Violetta asiente y se sienta junto a el. 

Violetta: Y ahora que estás trabajando y tenés tu dinero de nuevo ¿has pensado que vamos hacer en las vacaciones? 

Germán: Nose, estaba pensando que tal vez podrías viajar a Francia, a ir a ver a Angie... 

Violetta: (entusiasmada y sorprendida)¿de verdad? ¡¡Ayy no lo puedo creer, no lo puedo creer!! ¿Y voy a viajar sola? 

Germán: ¡No Violetta! eso si que no. ¡Todavía sos una enana!... digo nena ¡todavía sos una nena! 

Violetta: Bueno, calmáte no importa ¿entonces vos vas a venir conmigo? 

Germán: No, vas a ir con Ramallo. 

Olga: (interrumpiendo) Señor, si mi Ramallito va yo voy con ellos también, no me quiero separar ni un solo minuto de su lado (mirando a Ramallo con amor). 

Germán: Pero Olga, usted no puede viajar, tiene que quedarse acá en la casa trabajando, yo voy a seguir aquí. 

Olga: ¡No Señor! Yo ya le dije que viajo con ellos. Además puedo cuidar a Violettita y también aprovecho de ver a Angie... como extraño a mi chiquitina (se pone a llorar apoyándose en el hombro de Rammallo). 

 

Violetta: Pero papá ¿por qué no venis con nosotros también? Porque supongo que lo que sentías por Angie ya desapareció ¿verdad? Son solamente cuñados...  

Germán: ¡¡Está más que superado!!... pero en cuanto al viaje nose, además tenía pensado trabajar acá en casa. 

Olga: Usted elige: viaja con nosotros o se queda solo y abandonado. 

Germán: (piensa un poco) Bueno, está decidido, viajamos todos. (Violetta, Olga y Ramallo celebran) asi que usted Olga prepare las valijas y vos Ramallo andá y ocupate de los pasajes porque viajamos mañana mismo. 

Violetta se levanta y abraza feliz a su padre. 

Violetta: ¡Pa' sos lo más de lo más! te amo tanto. 

Germán: Y yo a vos hija (la besa en la frente). 

*París, Francia* 

Por Angie: 

Hace mucho tiempo no me despertaba tan feliz. Estoy tan segura de la decisión que tomé, se que Pablo es el amor de mi vida, la persona que siempre ha estado para mi, a mi lado sin esperar nada a cambio. Desperté y me dí cuenta que estaba sola, miré hacia mi velador y vi una flor amarilla anaranjada (mi favorita) atada con una cinta y una pequeña nota que decía:  

"Te ves tan hermosa ahí durmiendo... Salí a comprar algunas cosas, vuelvo pronto. Te amo.                                                                                                                           Pablo." 

Realmente me siento como una nena de 15 años disfrutando de su primer amor, mi único y gran amor. (Suena el teléfono). 

Angie: ¿Aló? 

Angélica: ¡Aló hija! 

Angie: ¡Mamá, que sorpresa escucharte! Pensé que ya habías olvidado que tenías una hija. 

Angélica: (riendo) No es así, pero tienes razón, no te he llamado mucho desde la ves que lo hice para saber como habías llegado a Francia. ¿Y? ¿Cómo estás? 

Angie: Mejor que nunca sabés... (sin poder evitar soltar una risita).

 

Angélica: ¿Ahh si? ¿Y a qué se debe tanta alegría si se puede saber? 

Angie: ¡Me caso mamá, me caso! Nunca había estado tan enamorada, te lo juro... 

Angélica: (sorprendida) ¿De verdad? ¡Pero que felicidad hija! ¿Y dónde lo conociste? ¿Cómo se llama el chico? 

Angie: Jajaja y me preguntás... si supieras que ya lo conocés. 

Angélica: Ángeles, ¡Por favor no me digas que se trata de Germán Castillo! 

Angie: (riendo) Tranquila mamá, nada que ver. ¡Tu futuro yerno es Pablo! 

Angélica: ¡No lo puedo creer dios mío! Pero que feliz me haces hija, felicidades mi amor... 

Angie: Jaja muchas gracias mamá. Me siento tan plena, tan segura y feliz cuando estoy con el (suspirando). 

Angélica: Así lo creo hija, siempre fuiste el amor de su vida y como luchó el pobre chico para que le dieras una oportunidad. 

Angie: Y lo logró...(sonriendo). 

Angélica: Pero cuéntame como fue todo, ¡quiero saber! 

Angie: Jajaja igual es un poco larga la historia, pero resumiendo, el viajó desde Buenos Aires hasta acá por mi, y sencillamente casi sin quererlo me enamoré como una nena y acá estoy... a punto de casarme. 

Angélica: (notablemente emocionada) No te imaginas la alegría que siente una madre al ver a su hija tan feliz, junto a un chico sincero, bueno y que la ama de verdad... ¿Y cuándo es la boda? ¿Dónde va a ser? 

Angie: Realmente no lo sé, es que recién anoche le propuse casarnos... 

Angélica: ¿Tu? (riendo) ¡pero que moderna hija! 

Angie: (riendo) Osea no fue tan así realmente, el asunto era que el estaba esperando que yo le dijera que quería ser su novia, pero yo pensé... ¿Para qué darle tantas vueltas si lo amo y no me quiero separar nunca más de él? Y ahí salí con la idea del matrimonio y el aceptó feliz. 

Angélica: Es la historia más bella que he escuchado hija, lástima que ya tengo que cortar, pero por favor avísame cuando sepan la fecha, el lugar y la hora para organizarnos y viajar. 

Angie: ¿Organizarnos? ¿Escuché bien? ¿Vas a venir con alguien? 

Angélica: Si, digo no, bueno me despido, un beso grande para ti y para Pablito. Adiós (con voz nerviosa). 

Angie: Bue... (no alcanzó ni a despedirse de su madre y esta ya había cortado el llamado). 

Pablo: ¡Buen día mi amor! (la saluda y la besa en los labios) ¿Pasa algo? ¿No te gustó la flor? 

Angie: No mi vida, no te preocupés, es que acabo de hablar con mamá y la noté bastante nerviosa... 

Pablo: ¿Le contaste lo de la boda? 

Angie: Si, ¿porqué? 

Pablo: (riendo) ahí está el motivo del nerviosismo, tranquila debe ser eso... 

Angie: (suspirando) Si, eso debe ser (lo abraza y lo besa). 

Pablo: Amor... 

Angie: decíme 

Pablo: Te tengo una invitación para esta noche 

Angie: ¿Ahh si? (sonriendo) ¿Y de qué se trata? ¡Quiero saber! 

Pablo: ¡Sorpresa señorita! (guiñándole el ojo) Solo quiero saber si me aceptás... 

Angie: Obvio que si, yo con vos iría hasta el fin del mundo... 

Pablo: Je t'aime 

Angie: Jajaja ¿Y eso? 

Pablo: "Te amo" en francés... aprendo rápido (ambos ríen). 

Angie: Y yo mas... (se besan).                                                                                          

                                                                                       (Continúa...)