Novela Pangie
domingo, 3 de noviembre de 2013
Capítulo 11
*En
la noche*
Angie estaba en el dormitorio arreglándose para salir con
Pablo, mientas la intriga de saber donde la llevaría, la estaba matando. Así
seguía maquillándose cuando de pronto sintió las manos de él en su cintura.
Pablo: ¿Ya está lista mi invitada?
Angie: Ehh me falta un poco, me termino de arreglar y ya estoy.
Pablo: Arreglándote ¿para qué? Si hasta cuando estás enferma luces hermosa
(haciéndole mimos en el cuello).
Angie: ¡Epa! (dándole una graciosa palmadita en la mejilla) ¿Y dónde vamos a
ir?
Pablo: Emm me parece que te dije que era sorpresa (levantando las cejas
mirándola tras el espejo).
Angie: Es que sabés que soy curiosa (haciéndole pucheros).
Pablo: No... esa carita no (le corre un mechón de cabello del rostro y la
besa) Ya, te voy a estar esperando afuera ¿bueno?
Angie: Bueno.
Cuando estuvo lista fue a la
sala a encontrarse con él, luego de eso salieron. Después de caminar un par de
cuadras Pablo se detuvo.
Angie: ¿Qué pasó?
Pablo: Es que ahora te tengo que vendar los ojos (sacando un pañuelo negro).
Angie: (riendo) ¿Ahh si?
Pablo: Si, así que ahora que estás lista... (le termina de amarrar la venda y
la gira un par de vueltas para que pierda la orientación) te vas a guiar tomada
de mi mano ¿Confias en mi?
Angie: Sabés que si.
Pablo la mira con ternura y
comienza a caminar llevándola junto a el.
*Por Angie*
No puedo negar que sentía una curiosidad enorme, muchas veces estuve a punto de caer, pero no ocurría porque ahí estaba Pablo sosteniéndome. Caminamos otro poco en dirección a quien sabe donde y fue ahí cuando me hizo subir a una plataforma; lentamente esta ¡¡empezó a elevarse!!. Mil ideas pasaban por mi mente, pero nunca pensé que me fuese a suceder algo malo, sabía que tipo de persona tenía a mi lado. Solamente atinaba a reír de los nervios hasta que después de varios minutos, esta especie de elevador se detuvo. Pablo nuevamente comenzó a caminar hacia adelante seguido por mi.
Pablo: Tranquila, sin impacientarse. ¿estás lista?
Angie: Si, dale.. ¡porfavor!
Pablo: Bueno, bueno... (le saca la venda y mira su rostro impresionado
esperando una respuesta).
Angie: Pe-pero esto está muy-muy alto.. (bastante sorprendida).
Pablo: (sonriendo) Esta era mi sorpresa, una cena a la luz de las velas, solos
vos y yo en el mirador más alto de la Torre Eiffel... ¿Te gustó?
Angie: (mirándolo a los ojos) Sabía que eras capaz de hacer cualquier cosa por
mi, pero nunca me imaginé que fueras hacer esto... no era necesario, sin
embargo quiero que sepas que con el solo hecho de amarme me hacés la mujer más
feliz del mundo.
No entiendo como puede
ser tan ciega durante todos estos años, teniéndote a mi lado sin darme cuenta
que eras el amor de mi vida. Sos todo lo que necesito para vivir...te amo
Pablo, te amo.
Pablo nuevamente al borde de
las lágrimas la atrae para sí y la besa larga y apasionadamente. Después de eso
se sientan a comer y es ahí durante la cena cuando...
Angie: Realmente debo reconocer que me sorprendiste...
Pablo: Esa era exactamente mi intención y se que lo material que yo te puedo
ofrecer no es lo más importante, pero si refleja en parte el amor que siento
por vos; un amor que no es medible, pero que sin lugar a dudas es mucho más
inmenso que esta torre y que todo el mundo entero, (la toma de la mano) y por
eso creo que esta es la mejor ocasión para entregarte esto...(saca del bolsillo
de su saco un pequeña caja, la cuál al abrirla dejaba ver una hermosa alianza
de matrimonio).
Se que ayer vivimos un hermoso momento y se también
que fue ahí cuando nos propusimos dar este paso tan importante en nuestras
vidas, pero debo reconocer que desde el día en que me enamoré de vos nunca he
perdido la esperanza de que en algún momento nos íbamos a comprometer, y así
siempre me imaginaba en mi mente el instante perfecto en que te iba hacer esta
propuesta, pero como vos ya me la hiciste a mi, (ambos ríen) quiero de esta
manera sellar nuestro compromiso...(se levanta, la toma de la mano, la lleva
hacia un costado del lugar y se arrodilla ante ella con la alianza en las
manos).
"Ángeles
Carrará, ¿Te querés casar conmigo?"
Angie: (levantando a Pablo del suelo) ¡Claro que quiero mi amor, obvio que
quiero!
Se lanza a sus brazos,
tomándolo del cuello y besándolo tiernamente.
Pablo: (sonriendo y emocionado) Me hacés el hombre más feliz del mundo ¿sabés?
Angie: Si mi vida, si lo sé...
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