Capítulo 43

En el capítulo anterior...


*******Suena el teléfono de Angie*******


Angie: ¿Aló?


???: Señora Ángeles, soy Oficial de la policía local, necesito hablar urgentemente con usted... ya sabemos quien fue la persona que atropelló a su esposo.



                                         *************

Angie: ¿Cómo? ¿Lo conozco? ¡Decime quien es!


Policía: Creo que si, pero preferiría que usted misma se acercara al cuartel (corta la llamada).


Pablo: (preocupado) ¿Pasó algo?


Angie: Ya... ya saben quien fue el sujeto que te atropelló


Pablo: ¡¿Quién?!


Angie: No se, no me quiso decir, dijo que fuera al cuartel...


Pablo: ¡Voy con vos! (tratando de levantarse).


Angie: ¡¿Qué decis?! ¡No! ¿Estás loco? Recién te estás recuperando...


Pablo: ¿Y qué querés? ¿Qué intenten matarte a vos ahora?


Angie: ¡¿Quién me va a matar?! Si ya tomaron al que atentó contra vos... yo ya me voy (se acerca para despedirse, pero Pablo le corre la cara). ¡Ahh bueno! Si se me olvidaba que ahora voy a tener dos hijos, pero soportando las rabietas de ¡tres! (toma su bolso y se va a la puerta).


Pablo: (remedando) ¡Ay! Soportando a tres...


Angie: (volteándose) Seguí... dale y sumás puntos para dormir en el sofá.


Pablo: ¡Fea! (le manda un beso en el aire).


Angie: (riendo) ¡Tarado!


Al llegar al cuartel, Angie se encontró con unos policías que la hicieron pasar a una pequeña sala donde la esperaban para conversar.


Policía: Señora, adelante por favor, la estaba esperando.


Angie: Ya... ¿ahora me va a decir quién intentó matar a mi esposo?


Policía: Necesito que esté tranquila porfavor


Angie: ¿Tranquila? ¡¿Cómo pretendes que esté tranquila si la vida de mi familia corre peligro?!


Policía: Corría peligro... acá tenemos al culpable (se levanta de su escritorio y se dirige a otra puerta que conducía a otra sala, por donde entró lentamente un hombre esposado).


Angie: (perpleja y a punto de estallar en llanto) ¡¿Germán?!... No, no lo puedo creer... ¡No puede ser!


Germán: (sin levantar la mirada) Angie... yo...


Angie: ¡Angie NADA! ¡Sos un maldito enfermo! ¡Casi mataste a Pablo! ¡¿Cómo fuiste capaz de tanto?! (lo empuja con fuerza al suelo).


Policía: Trate de controlarse por favor (le pide a otros policías que saquen a Germán).


Germán: Fue por amor... yo aún la amo Angie y no puedo soportar...


Angie: ¡¿Me amas?! ¡Vos no sos capaz de amar a NADIE! (le da una bofetada) Lo único que te deseo... es que seas inmensamente ¡Infeliz! (le escupe la cara).


Sacan a Germán y el policía le ofrece agua a Angie.


Policía: Quiero que sepa que puede estar un poco más tranquila, el imputado pagará su pena en Europa por orden del juez, considerando también que usted está embarazada, para su seguridad.


Angie: ¿Y Violetta? Es su hija, aún es menor de edad y su madre falleció hace años.


Policía: Yo creo que lo más sano sería que viviera con usted, después de todo es su familiar más cercano.


Ya han pasado 5 meses desde ese día, Germán fue enviado a Europa quedando Violetta viviendo junto a Angie y Pablo.


Por Violetta:
(Diario)


Ahora estoy por última vez en mi habitación, hoy me voy a vivir junto a Angie y Pablo... en parte me alegra porque los quiero un montón, a ellos y a mis primitos que vienen en camino, pero a la vez me siento terrible al ver lo que pasó con papá... me cuesta tanto convencerme de que haya llegado a ese extremo y de que ya no lo tenga cerca mío, de tener a penas 16 y no tener a ninguno de mis padres conmigo, pero bueno así me tocó, por lo menos tengo a León, a los chicos, a mis tíos.. sola en el mundo no estoy.


Angie: ¿Ya estás lista?


Violetta: Ehh si... ya estoy casi, me queda solo una cosa por hacer... (salen con las valijas y se dirigen a la habitación de los recuerdos de María, donde todo ya estaba embalado y listo para ser llevado).


Angie: No podías irte sin venir aquí por última vez... tu primera habitación...


Violetta: ¿Si?


Angie: Acá estaba tu cuna y de abajo te escuchábamos llorar... en realidad no hacías otra cosa.


Violetta: (riendo) ¡Hey! ¡Que calumniadora que sos! Y pensar que también pudo haber sido el dormitorio de Clarita y Agustín si nos hubiéramos quedado a vivir acá...


Angie: Quizás, pero ya fue... buenos recuerdos en esta casa no hay muchos, además los compradores ya firmaron y se mudan mañana.


Pablo: ¿Ya están listas mis amores?


Angie: Si, ahora si ¿me ayudas con esto? (pasándole unas valijas).


Violetta: Pablo, yo les quería agradecer por todo, por haberme acompañado en los trámites para vender la casa e irme finalmente de acá, por dejarme vivir con ustedes ahora... de verdad sin el apoyo de ustedes nose que hubiera hecho después de todo esto que pasó.


Pablo: No tenes que agradecer nada Vilu, más que ahora sos mi sobrina también (Violetta lo abraza).


Angie: Si si muy emotivo ¿ahora vamos?


Violetta: ¡Uy! celosita (riendo) Si sabes que te re quiero de aquí al infinito con pasitos de tortuga floja (le da un beso en la mejilla y le acaricia el ya abultado vientre). Pablo ¿me ayudas a bajar el closet de mamá? Se ve un poco difícil.


Pablo: Más difícil que enamorar a tu tía, no creo (todos ríen).


Violetta: Pero lo lograste.


Al bajar se encontraron con Olga y Ramaho que los esperaban con dos valijas cada uno.


Angie: ¡Hola! Y ustedes ¿todavía por acá?


Olga: Vinimos a verlos sólo para despedirnos de ustedes nada más... (llorando dramáticamente).


Ramaho: En realidad no tenemos donde irnos.


Olga: ¡Ramaho! ¡No me dejó hacer una introducción lastimosa, hombre! ¡Como siempre haciendo mal las cosas!


Pablo: (sonriendo) ¿Y quién dijo que no tenían donde ir? Nuestra casa es grande, la familia se está agrandando y vamos a necesitar ayuda, sobre todo Angie cuando nazcan los niños así que no veo problema en que se vayan con nosotros ¿y vos mi amor?


Angie: ¡Tampoco! Yo feliz de tenerlos conmigo.


Olga: ¡¿De verdad?! ¡Pero que felicidad! (les da un apretado abrazo de grupo).


Ramaho: De verdad muchas gracias Pablo, no se imaginan el gran favor que nos están haciendo (le estrecha la mano).


De pronto escuchan sonar el timbre.


Pablo: (sonriendo) ¡Beto! ¡Luna! ¿Qué hacen acá? ¿También se vienen a vivir con nosotros? (todos ríen).


Luna: En realidad los vinimos a invitar a...


Beto: ¡A nuestra fiesta! ¡Somos novios! (gritando).


Luna: Y nos casamos en una semana...


Angie: Una ¡¿qué?!


Beto: ¡Una semana! ¿Para qué esperar más? ¡Y están todisimos invitados! (empieza a entregar unos sobres) ¡Invitación invitación!


Pablo: Pero Beto, estos son folletos de supermercado...


Beto: ¿Nos casamos en un supermercado? ¿Por qué no me habían dicho?


Luna: Da igual, el asunto es que esperamos verlos a todos allá ¡A TODOS! ¡USTEDES TAMBIÉN! (tocando el vientre de Angie mientras todos ríen).


Violetta: ¿Y ya saben dónde va a ser la fiesta?


Luna: ¡Uh! En realidad no...


Violetta: ¿Y si la hacen en el Studio? (mirando a Pablo).


Angie: ¡Si! ¡Excelente idea!


Luna: ¡Ideal!


Pablo: (sonriendo) Claro, no hay problema además los chicos estarían felices en organizar todo.


Angie: Entonces, que no se hable más, en una semana nos vemos por allá.


Luna: ¡Me parece excelente! De verdad no esperaba menos de ustedes.


Pasada una semana llegó la esperada boda de Beto y Luna, la ceremonia había salido perfecta y los invitados ya estaban todos instalados en el Studio esperando a los novios para iniciar la fiesta.
Después de algunas horas la pareja había llegado a la celebración y todos bailaban, menos Angie.

Pablo: (sonriendo y acercándose a ella quien estaba sentada en una esquina) ¿Y vos? ¿Ya no te da para bailar un rato?


Angie: Con esta panza enorme creeme que con solo pensarlo ya me canso (ambos rieron).


Pablo: ¿Pero no queres que te traiga algo para beber?


Angie: Bueno, ¿champagne?


Pablo: (riendo) ¡Hey! ¿Qué decis? ¿Te volviste loca? A parte la mezcla entre vos y el alcohol es muy peligrosa... esperame voy por un jugo.


Cuando ya venía de vuelta se dio cuenta que Angie ya no estaba ahí y comenzó a buscarla por todos lados y a preguntar por ella, pero nadie la había visto pararse ni irse del lugar. 


Pablo: Realmente nose donde pudo haberse metido, ni siquiera me demoré un minuto...


León: ¿Y si la llamas? Tal vez tuvo que salir por algo urgente.


Pablo accedió, pero su rostro fue de mayor preocupación al esperar la respuesta en línea.


Violetta: ¿Qué pasó?


Pablo: (desconcertado) El número... el número ya no existe...



                                                                           (Continuará...)