Novela Pangie

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lunes, 24 de febrero de 2014

Capítulo 38


En el capítulo anterior...


???: Venite lo antes posible al Studio, la institución está corriendo un grave peligro y solo vos y tu mujer pueden impedirlo.


Pablo: (asustado) ¿Pero qué pasa? ¿Quién sos vos?


???: ¡Deja de hacer tantas preguntas y andá al Studio antes de que sea demasiado tarde!


                          *******


Angie: (preocupada) ¿Qué pasó?


Pablo: No sé... me dicen que algo grave está pasando con el Studio y Antonio y tenemos que ir AHORA.


Angie: No voy a ningún lado.


Pablo: ¿Qué decis?


Angie: Que si se trata de Antonio no voy a ir, punto.


Pablo: ¡Pero Angie! Antonio es...


Angie: ¡No es nadie! Y me da lo mismo lo que esté pasando con el.


Pablo: (suspirando) ¡Pero también está en peligro el Studio, mujer! Los chicos, tu sobrina ¿te parece poco?


Después de eso Angie entró en razón y rápidamente tomaron sus cosas y se fueron. Al llegar todo estaba normal hasta que se acercaron a la puerta de la oficina de dirección.


Antonio: No lo sé... no estoy seguro.


Jackie: Tío, es lo mejor que podes hacer ¡Abre los ojos y date cuenta de que con el famoso método de tu "hijita" NO vas a poder salvar al Studio!


Angie: ¡Con que en esas anda esta piba!


Leonardo: Y a andado en peores también.


Pablo: (sobresaltado al igual que Angie) ¿Qué haces vos acá?


Angie: ¿Y ellos? (refiriéndose a tres policías que venían junto a él trayendo lo esposado).


Leonardo: Yo no pude... no pude con la policía, me atraparon.


Pablo: Era de esperarselo...


Leonardo: ¿Ustedes ya sabían?


Pablo: ¿Tanta cara de tonto encontrás que tengo?


Angie: (riendo a voz baja) Un poco...


Pablo: ¿Perdón? (mientas sonríe se le acerca y la besa sin darse cuenta de que Leonardo y los policías ya habían entrado a la oficina de Antonio para detener a Jackie).


Antonio: (sorprendido) ¿Y vosotros que haceis aquí? ¿Y tú, Leonardo?


Jackie: (asustada y molesta a la vez) ¡¿Qué hiciste imbécil?!


Leonardo: Lo siento...


Policía 1: Tiene que acompañarnos señorita.


Jackie: ¿Yo? ¿Por qué?


Angie: (entrando junto a Pablo) ¿Y todavía lo preguntas, caradura?


Jackie: ¡Vos! ¡Vos tenías que estar tras todo esto!


Angie: ¿Y qué más querías? ¿Robarle el Studio a Antonio, a los chicos y seguir riéndote en sus caras?


Jackie: ¡Y lo sigo haciendo! ¡Me sigo riendo de vos y del maldito hijo que te hice perder!


Angie: ¡Vos fuiste! ¡Perra! (se aproxima hacia ella para golpearla, pero Pablo la retiene y la abraza).


Pablo: (con los ojos llenos de lágrimas) ¡Juro que vas a pagar lo que nos hiciste!


Leonardo: Por eso y por mucho más, como la parte de las recaudaciones que se robó después del show.


Jackie: ¡Callate!


Policía 2: ¡Ya basta! ¡Ahora nos acompañan los dos!


Después de que los policías salieran llevándose a Jackie y Leonardo, Pablo y Angie se quedaron junto a Antonio asimilando lo que recién había sucedido.


Antonio: Me duele...me duele tanto que Jackie haya desperdiciado de tal forma toda la confianza que deposité en ella.


Angie: Cria cuervos dicen...


Antonio: Angie, yo... te quería agradecer


Angie: No me agradezcas nada, si algo hice ten en claro que por vos no fue.


Pablo: (viendo que los ojos de Antonio se humedecían) Amor... no tenes por que ser tan dura con él.


Antonio: Dejala... no importa, motivos le sobran.


Policía 3: Permiso, lo siento necesito que ustedes dos nos acompañen para tomarles algunas declaraciones.


Angie: No hay problema.


Los tres salieron dejando solo a Antonio, quien seguía  muy apenado e impactado a la vez.


* En el cuartel policial*


Policía 2: Bueno, mis colegas se encargarán del proceso de los imputados y yo personalmente les tomaré sus declaraciones, primero comenzaré con la señora y posteriormente con usted.


Pablo: Mientras no nos tome todo el día, somos profesores y trabajamos en el mismo Studio donde estuvimos ahora, no podemos hacer esperar mucho tiempo a los chicos.


Policía 2: Estoy consiente de aquello ¿acaso ya no me reconocen?


Angie: (extrañada) Que yo recuerde, no ¿quién sos?


Policía 2: Que extraño... si hasta me pediste mi teléfono (al ver que Pablo ya lo estaba mirando feo) ¡Ah! usted tampoco se acuerda de mí, anoche trajimos a una mujer bebida que estaba haciendo desorden en un bar cercano ¿no les resulta familiar? (sonriendo).


Angie: (sonrojada) ¿Vos estabas anoche?


Policía 2: Y si, pero no te preocupes sino me recordas. Yo a mí no me lo perdonaría, imposible olvidar a una muñeca como vos.


Angie: (sonriendo) Gracias...


Pablo: (incómodo y celoso) Ehh... ¿y la declaración que nos iban a tomar?


Policía 2: Claro, señora acompañeme por favor.


Cuando entraban Angie se volteó mientras Pablo le hacía una señal de amenaza graciosa.
Después de que ella estuvo desocupada salió y le dio el turno a él. Cuando ya había ingresado, mientras Angie esperaba sentada en unas escaleras sintió que alguien había tocado su hombro.


Policía: ¡Hola!


Angie: ¿Me conoces de anoche también?


Policía: (sonriendo) ¿Cómo adivinaste?


Angie: No sos el primero.


Policía: Ahh bueno ¿me puedo sentar a tu lado?


Angie: Ehh... ya lo hiciste. Bastante cerca mío (pensando).


Policía: (riendo) Tenes razón, me presento soy el Comisario Corrado, pero vos me podes decir Nicolás o Nico (le guiña el ojo y le estrecha la mano).


Angie: Mucho gusto Comisario, de igual modo no le veo mucho sentido a esta presentación si ya nos conocíamos de anoche.


Policía: Y si, pero nunca está demas ¿no crees?


Angie: (incómoda) No, no lo creo, ahora ¿me podes soltar la mano por favor?


Policía: (sonriendo) Claro, ¿así con que sos casada?


Angie: Si, con el hombre que justo está detrás tuyo ahora.


Nicolás se volteó y vio a Pablo quien lo miraba con un rostro no muy amable.


Policía: ¡Ahh! ¡Hola! Buenas tardes (se pone de pie y le estrecha la mano, pero Pablo no le responde el saludo).


Angie: (sumándose a ellos) Ehh ¿ya estás listo?


Pablo: Supongo, si ya estoy afuera ¿no? ¿Estás esperando algo más o ya nos podemos ir? Los chicos ya no pueden esperar más.


Policía: ¿Chicos? ¿Tienen hijos?


Angie: No, son nuestros...


Pablo: (interrumpiendo) Nada que a vos te importe, y si los tuviéramos ¿qué?


Policía: Ahh perdón, bueno muñeca tengo que volver al cuartel, en un día de estos te llamo para que sigamos hablando... tranquilos (mirando a Pablo).


Angie: ¿Llamarme? ¿De dónde sacaste mi número?


Policía: Pero si anoche me lo diste ¿ya no te acordás?


Pablo: ¡Si, pero lo cambió!


Policía: ¿De la noche a la mañana? Que extraño...


Pablo: Extraño, pero cierto.


Después que el policía se fue, ambos tomaron el auto y se fueron rumbo al Studio.


Angie: Que alivio que todo esto ya haya pasado, ahora podemos estar un poco más tranquilos.


Pablo:  El asunto es que parece que vos te aliviaste más de la cuenta (serio y sin mirarla).


Angie: ¿Y ahora se puede saber que te pasa a vos?


Pablo: ¡Ha! ¡No podes más del descaro!


Angie: Entonces si yo soy descarada vos sos un grosero ¿o te parece muy buena la forma en que trataste al policía?


Pablo: La forma de trato que se merece cualquier imbécil que se quiere propasar con mi mujer, nada que...


Así siguieron discutiendo hasta que llegaron al Studio y empezaron a trabajar, tanto fue que Angie decidió volver antes a casa dejando a Pablo solo y a cargo de las clases que ella debía dar. 
Al finalizar la jornada Pablo regresó a casa teniendo por seguro que la pelea seguiría o bien que ya estaría con sus cosas en casa de Angélica como la vez pasada, lo cuál hizo que se sorprendiera al ver la mesa decorada con velas; fue ahí cuando de pronto la vio salir a ella de la cocina con la cena preparada.


Pablo: ¿Y esto?


Angie: Para nosotros ¿no te gusta?


Pablo: Ahh.... no, si me gusta. Me sorprende... solo eso


Angie: ¿Qué te sorprende? ¿que cocine? (ambos ríen).


Pablo: Eso, y que no estés tirándome los platos por la cabeza.


Angie: Tonto (sonriendo e invitándolo a la mesa).


Después de comer Angie se paró para recoger la mesa, pero Pablo se le adelantó y le impedío el paso.


Angie: (riendo) ¿Qué pasa? ¿Querés bailar?


Pablo: Nose... tal vez (se le acercó y la besó suavemente).


Angie: ¿O preferís que te baile yo? 


Pablo: ¿Perdón?


Angie: Es una oferta, lo tomas o lo dejas...


Después de que Pablo le guiñara el ojo, lo tomó por la corbata y lo llevó hasta el cuarto.
A la mañana siguiente se despertaron tarde y rápidamente desayunaron y tomaron sus cosas para irse al Studio.
Al llegar a la sala los encontraron a todos reunidos (que a esas alturas solo eran Antonio, Beto y Gregorio).


Gregorio: Antonio ¿será posible que algún día esta gente respete los horarios y llegue puntual? Ahh, claro me olvidaba que ahora son la hijita chiquita y el yerno del dueño.


Antonio: ¡Gregorio, ya basta! Tomen asiento hijos. Ahora no quiero riñas.


Gregorio: ¿Ahh no? ¿Y por qué?


Antonio: Porque tengo algo muy importante que deciros, les voy a presentar a alguien...


                                                                                      (Continúa...)




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