Novela Pangie

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domingo, 3 de noviembre de 2013

Capítulo 14

*Por Angie*

De verdad sentí como el corazón se me partía de tristeza cuando vi a Pablo enojado y decidido a abandonarme. El miedo a perder al hombre que amo me embargó completamente aunque sabía que el me amaba, pero el fantasma de lo que alguna vez ocurrió con Germán parecía poner en riesgo nuestra relación. Cuando ya lo tuve nuevamente entre mis brazos sentí un gran alivio. Lo que siento por él es tan grande que de verdad no me lo imagino separado de mi. *Suena el celular de Angie*

Angie: ¿Aló?

Violetta: Angie, ¡buen día! ¿Te desperté?

Angie: No, no te preocupes. Ya había despertado Pablo aún duerme.

Violetta: ¿Entonces no tuviste ningún problema con el, ayer? Digo... por lo que pasó con papá.

Angie: Algo, pero nada que no se haya podido solucionar.

Violetta: ¡Cuanto me alegro! De verdad te pido disculpas tía. Nosé que le pasa a mi papá realmente.

 

Angie: No hay problema Vilu, vos no tenés la culpa de nada.

 

Violetta: Ayer pensaba que hoy día podríamos desayunar todos juntos ¿te parece?

 

Angie: (pensando en que quería conversar con Germán) Ehh si claro. ¿Por qué no vienen todos al departamento?

 

Violetta: Si, me gustaría, pero ¿no crees que a Pablo le puede molestar?

Angie: No te hagas problema, yo hablo con el.

Violetta: Bueno, entonces estamos allá dentro de una hora ¿está bien?

Angie: Si, claro. Los vamos a estar esperando.

Violetta: Entonces nos vemos, chau.

Angie: Bye.

Como Pablo aún no despertaba Angie se acercó a el y comenzó a besarlo hasta que dejara de dormir.

Angie: Buen día mi amor (hablándole dulcemente).

Pablo: Buen día preciosa (la abraza y se abalanza sobre ella) despertar así con vos es maravilloso sabés... (la besa).

Angie: Te amo tanto (mirándolo a los ojos) Ya, nos tenemos que levantar.

Pablo:  No... (con expresión triste) quedémonos un rato más, necesito mimos... (corriendole un mechón de pelo del rostro).

Angie: Y si lo dejamos para más tarde? Es que Violetta y los demás vienen a desayunar con nosotros.

 

Pablo: Y ese demás por casualidad incluye a Germán?

 

Angie: Si, lo incluye además creo que es la oportunidad perfecta para que hablemos con el y dejemos en claro como son las cosas, porque no quiero que sigamos teniendo problemas por culpa de él, no nos hace bien.

 

Pablo: (desganado) Si, puede que tengas razón...

 

Angie: Ya! (riendo) cambiá la cara... si sabés que sos el único hombre en mi vida (lo besa nuevamente).

 

Pablo: Y vos sos la única mujer en la mía.

Así se quedaron un par de minutos jugando, luego de eso se levantaron y cuando ya se disponían a preparar el desayuno llamaron a la puerta.

 

Pablo: Hola, buen día. Los estábamos esperando.

 

Violetta: Buen día Pablo (lo saluda).

 

Germán: ¿Podemos pasar?

 

Pablo: (con desagrado) Si, claro. Supongo que podés (entran todos).

 

Angie: Hola, ya llegaron!

 

Violetta: Si tía, acá traemos algunas cosas para el desayuno.

 

Angie: Gracias.

 

Olga: Y si quieren yo lo puedo preparar, no tengo problema.

 

Angie: Claro, si vos querés (Olga toma las cosas y va a la cocina).

 

Violetta: (para romper el hielo que ya era evidente) Angie, ¿tenés pensado que vamos hacer más tarde?

 

Angie: Ehh en realidad no. ¿Vos si?

 

Violetta: Me preguntaba si ya tienen avanzada la organización del matrimonio.

 

Angie: No, aún no ¿por qué?

 

Violetta: (sonriendo) ¿les parece si empiezan hoy? Yo les puedo ayudar en lo que sea, en el vestido, en la comida, en la fiesta...

 

Angie: Es que creo que va a ser algo más sencillo, igual no nos queda  mucho tiempo y estamos lejos de todos los demás

 

Pablo: (abrazándola por el costado) Pero mi amor el matrimonio es solo una vez en la vida y no quiero que postergues ninguno de tus sueños. No repares en gastos tampoco (la besa en la mejilla demostrándole a Germán quien era el "dueño" de Angie).

 

Angie: Bueno, si lo querés así (guiñándole un ojo) vamos hoy mismo.

 

Violetta: ¡Genial! Entonces después de desayunar los acompañamos a todos lados.

 

Germán: Violetta, yo no creo poder acompañarlos. Con Ramallo nos vamos a quedar descansando en el hotel.

 

Pablo: Me parece una muy buena idea, no veo muy necesaria tu presencia en nuestros preparativos.

 

Angie: (mira a Pablo) Lo que Pablo quiere decir es que no hay problema con que no vayas.

 

Germán: Si, ya me quedó bastante claro.

 

Olga: (saliendo de la cocina) ¡Ya está listo! Vengan a la mesa.

 

Angie: Ya vamos.

Después de desayunar, Germán y Ramallo se fueron al hotel mientas que Pablo, Angie, Violetta y Olga salieron a las calles de París para hacer las compras y contratar los servicios necesarios para el gran día. Luego de estar toda la tarde fuera y sin mayores problemas, decidieron volver al departamento para cenar.

*En la mesa*

Pablo: Vilu y Olga les quería agradecer por habernos acompañados, porque Angie y yo solos no hubiéramos podido con todo.

 

Olga: Ustedes no se preocupen, Olguita va a estar para ayudarlos siempre y como no si los quiero tanto (se emociona).

 

Violetta: (riendo) Y yo para eso estoy, para apoyar a mis tíos en todo lo que necesiten ahora y después también, cuando tal vez ya no sean solamente dos.

 

Angie: ¡Vilu! (todos ríen).

*Llaman a la puerta y Olga abre*

Olga: ¡Señor! ¿Y usted que hace aquí?

 

Germán: Vine a buscarlas, ¿hay algún problema con eso?

 

Pablo: Ninguno, pero no era necesario. Yo mismo podía haberlas ido a dejar al hotel.

 

Germán: Pero ya estoy aquí y las voy a esperar.

Terminaron de comer y mientras ordenaban la mesa, Angie llamó a Germán al balcón para hablar a solas.

Angie: Dejame decirte que gracias a la extraña actitud que tuviste ayer, mi relación con Pablo estuvo a punto de detruirse y por lo mismo te exijo que des una explicación.

 

Germán: Si estuvieron a punto de cortar es porque no lo amas verdaderamente ¿No crees?

 

Angie: ¡Lo amo! Lo amo como nunca he amado antes y haber estado a punto de perderlo por culpa tuya me llena de bronca.

 

Germán: Si queres una explicación pues te la doy, aún te amo Angie y yo se que a vos te siguen pasando cosas conmigo, por eso me parece ridículo que te vayás a casar con el.

 

Angie: ¿Es que acaso vos no entendés? No entendés que lo que alguna vez sentí por vos ya no existe, se esfumó.

 

Germán: Para con esto ¿Querés?

 

Angie: ¡Para vos! ¿No te das cuenta que lo único que haces es darme lástima y causarme problemas con mi novio? ¿No escuchaste alguna vez la historia de cuando un día se embarcaron todos los sentimientos y como el amor es tan bueno y amable dejó a todos subir antes que el y cuando quiso hacerlo se dio cuenta de que el barco ya había partido y al verse solo llamó, gritó y lloró esperando que este volviera, pero sus esfuerzos eran en vano. Después cuando ya había perdido todas las esperanzas llegó el capitán de otro barco y se lo llevó. Fue ahí cuando el primer barco se dio cuenta de que había dejado abajo al amor por lo que decidió regresar por el, pero cuando llegó nuevamente al muelle no lo encontró y entendió que lo había perdido para siempre?

 

Germán: No, pero yo no soy de ese barco y tampoco me resigno a perderte (Germán atrajo a Angie para si y aunque ella forcejeó y opuso resistencia, la besó en contra de su voluntad).

 

Pablo: (apareciendo sorpresivamente) Amor te estaba... ¡Angie! ¿Qué haces?

 

Angie: (empujando a Germán) ¡Soltame imbécil! ¿Quién te pensas que sos?

 

Pablo: (temblando) No puedo creer que hayas sido capaz de engañarme así Ángeles... no lo puedo creer (se da media vuelta  y se va del departamento).

 

Angie: Pablo, no te vayas dejáme explicarte... (tratando de alcanzarlo sin éxito).


                                                                                                                                                                                                   (Continúa...)




 

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