Después de salir del
estudio de música y como aún era temprano, Angie decidió quedarse paseando por
las callecitas románticas y coloridas de París antes de volver al
departamento. Después de caminar un poco se encontró frente a un bar muy
colorido, el que le llamó la atención por la razón de que de su interior provenía
una canción que ella conocía bastante bien…
“Ya verás que algo se enciende de nuevo Tiene sentido
intentar cuando estamos juntos (…)Si
crees que es sólo un recuerdo Y que tu interior está desierto Si
dices mi nombre yo te iré a encontrar” ♪
♫
Entró por curiosidad y vio a una banda
conformada por chicos que tocaban su canción, al terminar los aplaudió y
comenzó a recordar a cada uno de sus alumnos del studio con nostalgia; en eso
estaba cuando de pronto vio acercarse hacia ella a un mesero que vestía una
remera azul, fue ahí cuando sus recuerdos se alborotaron y vio en ese hombre el
rostro de un mesero que ella ya conocía y que vestía igual que este, el rostro
de…
Angie: ¡Pablo! (sobresaltada miró frente a ella y vio al chico con cara
extrañada esperando tomar su pedido) Ehh… disculpáme, ¿me podés traer un licuado
de naranja?
El hombre asintió y al rato con llegó con
el pedido y lo puso sobre la mesa.
Angie: Gracias Pablo (el chico la miró extrañado nuevamente, Angie se dio
cuenta de su equivocación, sus mejillas se enrojecieron y le pidió disculpas,
el chico mostrando una leve sonrisa se retiró).
Sabía que hace un mes había dejado Buenos
Aires, a Violetta, al Studio, a los chicos, a Pablo… y estaba consciente de que
por el intenso trabajo que debía realizar en Francia, había dejado de lado un
poco a quienes más quería y no los llamaba tan seguido como pretendía hacerlo,
pensando que este era el simple motivo por el que había visto a su amigo
reflejado en ese chico.
Al día siguiente, despertó con una sensación
muy extraña, no le incomodaba por lo cierto, sino que la llenaba de curiosidad;
era como si algo muy bueno fuese a suceder, pero no sabía con certeza que era.
Se levantó, fue a la ducha y luego de salir, vestirse y vestirse y volver a
vestirse sintió que el teléfono estaba sonando.

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