Capítulo 30

En el capítulo anterior...

Al llegar al hospital, el médico la mandó a hacerse unos estudios y mientras esperaban los resultados, los nervios los mataban tratando de adivinar cual sería la enfermedad que se ocultaba tras los desmayos de Angie. 
Cuando el médico los llamó nuevamente entraron rápidamente para terminar con su angustia.


Médico: Señor Galindo y Señora Carrará tomen asiento por favor.


Pablo: (angustiado) Doctor necesito saber que tiene mi mujer, diganos se lo suplico.


Médico: (serio) Bueno, lamentablemente tengo que informarles que la enfermedad de la Señora Ángeles no es muy común, se caracteriza por ser bastante grave e incurable; ella padece de...


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Médico: (sonriendo) Usted... padece de una enfermedad que ya lleva 4 semanas de gestación; lo anterior era una broma ¡Muchas felicidades! La señora Carrará está embarazada.

Angie: (con la boca abierta) Que estoy ¿qué?

Médico: Embarazada, dentro de 8 meses serán padres... (riendo) ¿No se lo esperaban verdad?

Angie: Ehh... si, osea no, osea no lo sé.

Pablo: (con los ojos llorosos) ¿Entonces a eso se debían los desmayos?

Médico: Exactamente, esos síntomas son bastante normales durante el primer trimestre, sobre todo si es el primer embarazo. No hay de que preocuparse.

Pablo: ¿Osea vamos a tener un hijo?

Médico: (riendo) Hasta lo que yo sé el embarazo conlleva el nacimiento de un hijo, nosé ustedes.

Angie: (mirando a Pablo aún sin poder creer lo que estaba ocurriendo) Entonces esa era la noticia que iba a recibir...

Pablo: (con una sonrisa tonta en la cara) ¿Qué noticia? ¿Alguien te dijo algo?

Angie: ¿Ehh? Nada nada...

Médico: Bueno futuros padres, yo tengo otra consulta que atender ahora por lo que los voy a tener que dejar. Y usted señora Angeles no olvide pedir el turno para su primer control.

Angie: ¿Qué control?

Médico: El de su embarazo (sonriendo) ¿De qué más podría ser?

Angie: Ahh, claro que si.

Pablo: Gracias doctor.

El médico sale de la oficina mientras Pablo y Angie quedan mirando con cara de bobos los resultados de los estudios, luego de eso Angie se puso a llorar.

Pablo: (con vos temblorosa) ¿Por qué lloras? ¿No querías que sucediera tan pronto?

Angie: (riendo y secándose las lágrimas) No es eso, tonto. Lo que pasa es que me emociona... me emociona esto de hacerme la idea de que hay una pequeña vida formándose dentro de mí, la vida de nuestro hijo ¿no te parece increíble?

Ambos sin poder más de la impresión se pusieron a llorar mientras en medio de dulces besos y abrazos, Pablo le acariciaba tiernamente el vientre a Angie que aún no se pronunciaba. Seguido de eso agendaron un turno para comenzar con el seguimiento del desarrollo del bebé y salieron del hospital, tomando el auto para devolverse.

Angie: ¿Y? ¿No vas a arrancar el carro?... ¿Pablo? ¿Me escuchas? (le mueve la mano frente a los ojos).

Pablo: Ahh...

Angie: (riendo) ¡Hey! ¿En qué planeta andas?

Pablo: (sonriendo) No lo sé... en el planeta en el que estamos vos y yo ahora ¿puede ser? (tomándole la mano).

Angie: Te juro que aún no lo puedo asimilar.

Pablo: (suspirando ilusionado) Y yo tampoco mi amor... ¿sabes qué?

Angie: ¿Qué?

Pablo: Ahora que te miro me doy cuenta de que ya tenes carita de mamá (mirándola con ternura mientras Angie no aguanta la risa).

Angie: ¿Vos decis?

Pablo: Y si...

Angie: Y vos ¿sabes qué?

Pablo: Decime.

Angie: (se acerca a el) Te amo... y poder darte un hijo es el privilegio más grande y más hermoso que la vida me pudo dar (Pablo la toma por la cintura y la besa intensamente mientras que de sus ojos seguían corriendo lágrimas de emoción).


Pablo: Hermosa... (la vuelve a besar) ¿Y ahora que hacemos?


Angie: (riendo) Irnos ¿podría ser?


Pablo: (mirándola a los ojos) No me puedo convencer.


Angie: Ni yo, pero tranquilo que aún nos quedan 8 meses (ambos rieron).


Después de eso se fueron a casa mientras pensaban en que como le darían la noticia al resto.


*Llamada telefónica*


Pablo: ¿Aló?


Antonio: ¡Pablo! ¿Cómo va todo?


Pablo: Ehh... bien ¿Por qué lo preguntas?


Antonio: Es que los chicos me contaron que Angie se había desmayado en una clase y que tu la habías llevado a médico ¿Cómo les fue? 


Pablo: ¿Estás con Angélica?


Antonio: Si ¿por qué?


Pablo: Es que pensé que podían venir a cenar hoy con nosotros, para conversar.


Antonio: ¿Todo bien?


Pablo: Si, nada grave.


Antonio: Bueno, entonces nos vemos más tarde.


Pablo: Ok.


Angie: ¿Invitaste a cenar a alguien?


Pablo: (sonriendo) Si, a tu mamá y a Antonio ¿No te molesta verdad?


Angie: No, para nada (se sienta en sus piernas y se queda mirándolo a los ojos).


Pablo: ¿Qué?


Angie: ¿Qué irá a ser? ¿Una nena o un nene?


Pablo: Algo me dice que va a ser una Angie chiquita...


Angie: O un pequeño Pablo...


Pablo: Mientras no se parezca mucho a mi está todo bien (ambos ríen).


Angie: ¿Qué decis? Si sos el hombre más guapo que he conocido.


Pablo: (sonrojado) ¿Así? ¡Pero que piropo!


Angie: (riendo y acariciándole la frente) Te amo tanto sabes... soy tan feliz con vos, y ahora con esta noticia mi felicidad está mas que completa.


Pablo: Vení (le guiña el ojo, la atrae hacia el y la besa dulcemente).


Horas más tarde llegaron Angélica y Antonio con la intriga de saber como les había ido en el médico, así que estando en la mesa no aguantaron más y les preguntaron.


Angélica: ¿Todo bien?


Angie: Si ¿por qué?


Angélica: Porque por lo que tenemos entendido hoy te sentiste mal y fueron a médico.


Antonio: ¿Cómo les fue? ¿Qué tienes Angie?


Angélica: Por favor no nos preocupes aún más, hija.


Pablo: No sucede nada malo suegra.


Angélica: ¿Entonces? ¿Por qué están tan nerviosos y sin decir nada?


Pablo: (mirando a Angie y tomándole la mano) ¿Preferis que les diga yo?


Angie: Bueno.


Antonio: ¡Hablen por favor! ¡Nos están asustando!


Pablo: Resulta que... vamos a ser padres, Angie ya tiene un mes de embarazo.


Angélica: (sorprendida)¿Qué? ¿Era eso?


Antonio: (riendo) ¡Pero es una excelente noticia! ¿Por qué están tan nerviosos? Parecen un par de adolescentes asustados.


Angie: (con los ojos brillantes) Es que en realidad ni siquiera nosotros lo hemos podido asimilar aún.


Angélica: ¡Es la noticia más hermosa que he recibido!


Los cuatro se pusieron de pie y celebraron felices la gran noticia; llegada la noche Pablo se durmió mientras Angie seguía despierta sin lograr conciliar el sueño.


Por Angie:


Me parece que todo esto es demasiado bueno para ser verdad, nosé como pudo ser; osea se, pero nunca imaginé que tan pronto iba a experimentar tanta felicidad. Cuando pasaba por tantos momentos difíciles algo en mi interior me decía que lo malo no iba a durar para siempre, lo que no sabía era que iba a compartir este bello gozo junto a Pablo, el que durante muchos años solo fue mi mejor amigo, pero que desde un poco más de un mes se convirtió en el verdadero y único amor de mi vida.
Me emociono con el solo hecho de pensar en que mi panza va empezar a crecer, en que voy a tener el apoyo y el cariño de toda la gente que me importa, en que dentro de unos meses voy a tener a mi bebé en mis brazos y en que algún día me dirá mamá.
Todo va bien hasta que recuerdo lo otro que me dijo María en su visita, que se venían ahora tiempos muy complicados y que necesitaría muchas fuerzas para soportar todo eso; tengo miedo de que no pueda contra eso, pero también soy consciente de que ya no puedo pensar tan solo en mí sino también en mi hijo y en Pablo. 
Solo el tiempo dirá que va a suceder.

                                                                                                                         (Continúa...)