Capítulo 9

Angie: Osea si, pero solo por un breve tiempo...

 

 Pablo: (Triste y a la vez enojado) A ver... ¿me podés explicar que pretendés lograr con todo esto? Primero me decís que me amás con locura, tanto como yo a vos y después me salís con que no querés ser mi novia osea si, pero por poco tiempo...¡Que seas tan hermosa y que yo esté embobado por vos no te da derecho a burlarte así de mi, Ángeles!  a herir mis sentimientos, a jugar con mi corazón, a menospreciar el amor puro que vengo sintiendo por vos desde el día en que te conocí.

Pablo se levanta con intenciones de irse, es ahí cuando Angie se para, lo tira del brazo y lo frena.

Angie: ¡Quiero ser tu novia solo por un breve tiempo, porque en realidad lo que más deseo es ser tu esposa! Quiero que nos casemos, quiero ser tu mujer lo antes posible... si vos querés claro.

Después de tamaña declaración y propuesta de matrimonio Pablo comenzó a temblar y a pellizcarse un brazo para estar seguro de que no era un sueño. 

 

Luego de eso, mirándola a los ojos la besó como nunca antes lo había hecho, con una pasión y entrega desbordante, poniendo en ese beso todo el amor sincero que siempre había sentido por ella. No podía creer que la mujer con la que siempre había soñado, pronto se iba a convertir en SU MUJER y en la futura madre de sus hijos, y con quien compartiría hasta el último día de su vida.

Pablo: De..decíme por favor que no estoy delirando (con voz temblorosa).

Angie: No amor, estamos acá en la realidad. Soy yo, Angie (mirándolo con ternura) y te estoy diciendo que no quiero pasar ningún día más sin vos a mi lado, que te amo más que a nadie en este mundo...

Pablo: (sonriendo y con los ojos bañados en lágrimas) Te amo... te amo mi amor (la vuelve a besar) y si... obvio que quiero hacerlo, ¡Obvio que me voy a casar con Ángeles Carrará, porque la amo! (gritando desde el balcón del departamento). 

Angie: (riendo) Sos el mejor de todos... Te amo tanto (lo abraza y lo besa dulcemente, y así se quedan como en una postal, teniendo como fondo el lluvioso y romántico atardecer de ese día en París, la ciudad del amor.

                                                                                       (Continúa...)