Capítulo 20

Pablo: Es que nos devolvamos a vivir a Buenos Aires (sonriendo).

Antonio: ¿De verdad? ¡Pero no lo puedo creer! Que alegría me habéis dado muchachos (se levanta y los abraza).

Angélica: ¿Y tu trabajo acá en Francia hija?

Angie: Acabo de renunciar. 

Pablo: Es lo más adecuado que pudo hacer. El trabajo acá era excesivo y la estaba estresando.

Antonio: Pero como ahora sois la flamante esposa del director del Studio podréis gozar de algunos privilegios (todos ríen).

Angie: No creo que sea lo más justo.

Pablo: Si se trata de tu bienestar nada es injusto mi amor (la besa en los labios haciendo que ella se sonrojara y lo mirara acusadora).

Angélica: Entonces somos todos quienes nos vamos a Argentina.

Angie: (sorprendida) ¿Somos todos? ¿Vos también?

Antonio: Si Angie, tu madre aceptó irse a vivir definitivamente conmigo a Buenos Aires (sonriendo).

Pablo: ¡Pero que alegría! Ahora tendré a mi querida suegra cerca mío.

Angélica: Tanta amabilidad mi querido yerno (riendo).

Pablo: Usted sabe Angélica que la estimo mucho.

Angélica: Y yo a ti Pablo, te conozco y por eso te confié mi tesoro más preciado, mi hija.

Angie: ¡Ya, ya no me van hacer llorar! (todos ríen).

Antonio: ¿Os parece que esperemos al resto y cenemos todos juntos para celebrar?

Angie: Claro, y a todo esto Antonio ¿cuándo es el viaje de regreso?

Antonio: Mañana mismo hija, las clases empiezan el día 20 y como profesores debemos estar antes para la planificación anual con The U Mix. ¿Pensabais que no era tan pronto?

Angie: Ehh en realidad si, pero nosotros nos organizamos y no creo que tengamos mayores problemas.

Así terminaron el día y se empezaron a preparar para tomar el vuelo hacia Argentina que salía a la mañana siguiente. Todos se fueron a sus respectivos hoteles, mientras Angie y Pablo se quedaron en el departamento para pasar su última noche en Francia. 

Llegada la mañana todos se encontraron en el aeropuerto esperando tomar el vuelo; la mayoría con destino a Argentina y solo Francesca y Marco con rumbo al DF.

Después de varias horas de viaje aterrizaron finalmente en Buenos Aires. Todos se fueron a sus respectivos hogares, mientras Angie y Pablo aún no se decidían en que casa iban a vivir hasta que optaron por elegir la que era de Pablo, ya que quedaba más cerca del Studio. 

Mientras Angie ponía unas cortinas subida en una silla Pablo sorpresivamente la tomó por la cintura.

Angie: ¡Pablo! (gritó asustada mientras perdía el equilibrio y caía al suelo encima de el). 

Pablo: (riendo) Parece que te asusté.

Angie: ¡No me digas!

Pablo: ¿Pero para que te enojas? (la besa). A parte yo me dí el golpe más fuerte al caer.

Angie: (mirándolo con ternura) Sos un tarado.

Pablo: Ahh bueno, muchas gracias que halagado me siento por mi esposa (ambos ríen).

Angie: Mi tarado...

Pablo: Eso sonó mejor (le guiña el ojo y la comienza a besar apasionadamente mientras seguían en el piso).

Angie: Pablo para un poco... las cortinas.

Pablo: Que se arreglen solas (vuelven a reír).

Al día siguiente en la mañana ya debían ir al Studio para realizar las planificaciones del año, así que después de desayunar se fueron rumbo al trabajo. 

Al llegar entraron a la sala de profesores y notaron que la reunión ya había empezado; ahí estaban Antonio, Beto, Gregorio, Marotti y ¡Jackie! ¿Qué hacía Jackie ahí? Angie no lo podía creer.                                    

                                                                                      

                                                                                       (Continúa...)