Novela Pangie
domingo, 3 de noviembre de 2013
Capítulo 18
Antonio: (riendo y mirando a Angélica) Angélica y yo... Somos novios.
Todos: (sorprendidos) ¿Son novios?
Antonio: Si, en realidad nuestra situación fue muy similar a la vuestra (mirando
a Pablo y a Angie) después de los espectáculos me decidí a viajar para darlo
todo por el amor de mi vida...
Angie: ¡Pero que alegría! ¡Muchas felicidades! Así que con que Antonio era ese
alguien con quien tenías que organizarte para viajer ¡Eh! (levantandole las cejas
a su madre).
Pablo: ¡Y por quien se puso tan nerviosa al hablar por teléfono! (todos
rieron).
Angélica: (riendo mientras se sonroja) ¡Basta! (todos se alegran y los
felicitan).
Pasaron 48 horas y el gran día del matrimonio ha llegado;
14 de Febrero una fecha que la joven pareja nunca olvidará. Antonio y Beto en
la noche anterior se llevaron a Pablo a dormir a un hotel, con el fin de que se
preparase allí y también de que los novios no se viesen más hasta la ceremonia.
Angie por su parte se quedó en el departamento con Violetta, Angélica, Olga y
Luna; su mejor amiga quien había viajado desde Entre Ríos para asistir a la
boda, flechando además el corazón de Beto desde el primer momento en que la
vio.
Las horas pasaban rápidamente y el nerviosismo propio de un
matrimonio se hizo presente en los dos. El reloj marcaba las siete de la tarde
y los invitados ya habían llegado, pero la novia aún no aparecía haciendo que
las piernas de Pablo temblaran en la entrada de la iglesia mientras Antonio lo
acompañaba. Así estaba cuando de pronto alguien gritó a viva voz ¡Ahí viene
Angie! Pablo miró hacia la esquina y vio asomarse el auto donde venía su amada.
La marcha nupcial comenzó a escucharse indicando que el
novio debía entrar. Como Pablo había quedado huérfano cuando aún era un niño,
se aproximó al altar tomado del brazo de Angélica, su suegra; mientras todos
esperaban expectantes la entrada de Angie. De pronto se asomó por la puerta la
novia más hermosa que antes habían visto, en compañía de Antonio. A Pablo le
sudaban las manos y su pulso cardíaco aumentaba cada vez mas al ver al amor de
su vida vestida de novia, caminando hacia el.
La ceremonia se llevó a cabo con total normalidad,
incluyendo la participación de Violetta llevando las alianzas, el sonoro llanto
de Beto y Olga que hizo reír a todos y el momento en que todos miraron a Germán
cuando el sacerdote preguntó si alguien se oponía.
Al finalizar y después de haberse unido en matrimonio,
Pablo muy emocionado besó tiernamente a Angie mientras todos aplaudían y gritaban
a coro ¡Que vivan los novios!
Se separaron por unos minutos y comenzaron a ser
felicitados por todos los presentes; ahí estaban Violetta, Angélica, Olga,
Ramallo y Luna por un lado y por el otro Antonio, Beto, Germán (con su mejor
cara), Francesca y Marco que habían sido invitados por Violetta aprovechando
que estos andaban de vacaciones en Italia.
Después de los abrazos, buenos deseos y pétalos de rosa que
les lanzaban, los ahora marido y mujer tomaron el auto y salieron a
fotografiarse por los principales lugares de París comenzando por el mirador
más alto de la Torre Eiffel que ya era de ellos. Los nervios ya habían pasado y
ahora solo les quedaba disfrutar.
Posterior a eso se dirigieron al salón donde se llevaría a
cabo la fiesta, al entrar nuevamente escucharon los aplausos de los invitados y
seguido de eso se dispusieron a bailar el típico vals. Sin lugar a dudas esa
sería una velada inolvidable para ambos, y no solo para ellos sino también para
Olga y Ramallo, ya que ella había atrapado el ramo de Angie.
Cuando ya era más tarde Pablo y su esposa se fueron de la
fiesta, tomaron el auto y partieron rumbo a un hotel muy lujoso que él había
reservado para esa noche. Cuando ya estaban en la habitación iluminada
completamente con velas...
Angie: (recostada junto a Pablo) Aún no puedo creer que ya estamos casados mi
amor...
Pablo: Y yo tampoco corazón, después del año tan difícil que vivimos nunca me
imaginé que terminarías siendo mi esposa... Señora Carrará.
Angie: De Galindo (lo besa). ¿Sabés lo que pienso?
Pablo: ¿Qué?
Angie: Que amores hay muchos, pero pocos encuentran el verdadero; yo lo
encontré (le acaricia la frente).
Pablo: ¿Eso también lo leíste en un sobrecito de azúcar? (ambos ríen).
Angie: ¡Pablo mirá! (sacando de su pequeña cartera el reloj que él le
había regalado antes de partir a Francia). ¡Ahora funciona!
Pablo: (emocionado) Eso es porque el tiempo que se detuvo mientras yo te
estaba esperando se terminó. Ahora ya te tengo nuevamente conmigo.
Angie: (suspirando y mirándolo a los ojos) Te amo tanto...
Pablo: Yo mucho más (se besan dulcemente).
Esa fue una hermosa y mágica
noche para ambos, era la primera vez que estaban juntos. El haberse guardado
sagradamente el uno para el otro hizo que ese momento fuera inolvidable.
Angie: (sonriendo)
¡Hola, buen día!
Angélica: ¡Buen día al nuevo matrimonio! ¿Cómo han amanecido?
Angie: Bastante bien.
Pablo: Mejor que nunca diría yo (besándola en el cuello).
Angie: ¡Pablo! ¡Ubicate! (pegándole con el codo mientras todos reían).
Violetta: ¿Y ya desayunaron?
Pablo: No, de hecho a eso veníamos.
Beto: Entonces siéntense aquí por favor (se para a buscar dos sillas
y cuando lo hace voltea el café, bota su silla y cae sentado. Mientras
ríen Angie y Pablo lo ayudan a pararse).
Pablo: (riendo) Sentate Beto; no te preocupes, mejor voy yo a buscar las
sillas (las trae y se acomodan).
Angie: Ahora que ya pasó todo les queríamos agradecer muy de corazón el
habernos acompañado en el día más importante de nuestras vidas.
Pablo: Realmente tenerlos cerca fue un pilar fundamental para nosotros.
Angélica: No tienen
nada que agradecer. Todos los que estamos aquí vamos a estar siempre para
ustedes.
Violetta: Nunca duden en buscarnos si necesitan ayuda.
Pablo: Muchas gracias querida suegra y sobrina (todos ríen).
Angie: Gracias de verdad.
Antonio: ¿Y ya tenéis pensado donde pasareis vuestra luna de miel?
Angie: En realidad ni siquiera sabemos donde vamos a vivir (riendo).
Beto: (interrumpiendo) ¿Luna? ¿Quién dijo Luna? ¿Dónde está Luna?
Angie: ¿Luna, mi amiga?
Beto: Luna, tu que me ves (8)...
Pablo: Tu que lo ves, así dice la canción Beto.
Beto: ¿A quién veo yo? Yo veo a Luna, en realidad no la veo. ¿Yo la
quería ver?
Pablo: Nada nada. Olvidalo (riendo).
Violetta: ¿Y ustedes Fran? ¿Van a volver a Italia?
Francesca: No, es que con Marco quisimos pasar las vacaciones juntos. Un tiempo en
Italia y otro en México así que ahora nos vamos para allá y luego volvemos a
Buenos Aires para comenzar las clases.
Antonio: Andáis haciendo un especie de tour internacional.
Marco: (sonriendo) Algo así.
Después de terminar de desayunar Antonio se acercó a Angie
y a Pablo porque necesitaba hablar a solas con ellos.
Antonio: Chicos, se que no es el momento más apropiado, pero yo os llamé ahora para hablaros de un tema muy complejo... necesito de vuestra ayuda
urgentemente...
(Continúa...)
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